Adicción a Internet: Fundamentos teóricos y conceptuales
El nacimiento del internet se remonta aproximadamente entre las décadas de los sesenta y setenta, cuando el Departamento de los Estados Unidos, comisionó a un grupo de científicos para buscar una solución a la seguridad estratégica de Occidente. Como resultado de estos trabajos surgió la “Red Arpa”, la cual fue diseñada para uso exclusivamente militar; los creadores de esta innovación tecnológica no previeron el alcance de su creación, la cual es la plataforma original de lo que es ahora el internet y la tecnología que ha cambiado al mundo (Glowniak, 1998). Sin embargo, su mayor impacto comercial se evidencia en los años noventa, convirtiéndose en una propuesta de interactividad y realidad virtual no imaginada en sus inicios (Jiménez & Pantoja, 2007).
Morahan-Martin & Schumacher (2000) encontraron que el internet a pesar de ser una novedad interactiva, podría tener efectos negativos en los adolescentes, debido a las características propias de su desarrollo, donde la búsqueda de cosas nuevas y la impulsividad propia de su etapa, los hacen más vulnerables a desarrollar problemas adictivos (Chambers, Taylor & Potenza, 2003). Hoy el internet es una herramienta de fácil acceso para cualquier persona, debido a la adopción rápida de la plataforma tecnológica World Wide Web (www), la cual permite encontrar cualquier tipo de datos sin límites de información, fronteras e idioma (Glowniak, 1998). En nuestra sociedad, tener internet es un elemento primordial para el trabajo, la educación y aun el entretenimiento: se estima que existe un poco más de 200 millones de internautas y que esta cifra va en aumento, convirtiendo al internet como la segunda tecnología más usada alrededor del mundo, superada por la telefonía celular (Navarro-Mancilla & Rueda-Jaimes, 2007).
Adicción a internet
La Adicción a Internet (AI) se origina como una problemática amalgamada a nuestra sociedad moderna (Jiménez &Pantoja, 2007). Desde 1998 hasta el 2014 han surgido a nivel mundial numerosas investigaciones sobre adicción al internet por Carbonell, Fúster, Chamarro y Oberst (2012), Henderson (2011), Ko et al. (2008), Kraut et al. (1998), Sánchez-Carbonell, Beranuy, Castellana, Chamarro y Oberst (2008), Stieger y Burger (2010), Villafuerte y Mainé (2013), Yen et al. (2008) y Young y Rodgers (1998). En México investigadores como Carreón (2012), García -Piña (2008), Hilt (2013), Trujano, Dorantes, y Tovilla (2009) y Poncela (2013) autores que han demostrado la relación de la adicción a internet con otros conceptos.
Actualmente internet está generando nuevas adicciones, convirtiéndose en nuevos desafíos en el campo de la psiquiatría (Navarro, 2001) como el desarrollo de patologías que están asociadas al uso excesivo de esta tecnología, como: el placer excesivo de estar en línea; irritabilidad o síntomas depresivos al no estar conectados; deterioro de las relaciones familiares y sociales; al igual que negligencia laboral (Navarro, 2001). Con el paso de los años internet se ha vuelto un medio muy popular, y junto con esta creciente notoriedad, apareció el uso excesivo y como tal la adicción a internet (AI); a Ivan Goldber psiquiatra estadounidense, es a quien se le da el crédito de proponer el término de Adicción a Internet en 1995, al encontrar en sujetos, el uso compulsivo y patológico de internet (Goldberg, 1995 a,b; Mitchell, 2000).
Como la AI es una problemática relativamente nueva, no está clasificada como una conducta patológica ni por el DSM-V (American Psychiatric Association, 1994) ni por el sistema de Clasificación Manual Estadístico de los Trastornos Mentales (CIE-10, World Health Organization, WHO, 1992) lo que dificulta su clasificación así como su tratamiento; sin embargo con el paso de los años, aparecen más investigaciones y literatura (Brenner, 1997), momento en que algunos académicos abogan que el uso excesivo de internet puede ser patológico y adictivo y lo ubican bajo la etiqueta más común de “Addiction Technological” (Griffiths, 1996, 1998, 2003).
Definición de Adicción a Internet
Ni en el DSM-V (American Psychiatric Association, 1994) ni en el CIE-10 (WHO, 1912) existe una categoría diagnóstica precisa que se refiera a la AI o Ciberdependencia. Este antecedente ha generado una variedad terminológica cuando se hace referencia al uso de peligros de internet como: adicción a Internet (Chou & Hsiao, 2000; Goldberg, 1995; Kandell, 1998; Young, 1998), uso patológico (Morahan-Martin & Schumacher, 2000), dependencia de Internet (Chen, Tarn & Han, 2004), uso excesivo (Hansen, 2002), uso compulsivo (Greenfield, 1999; Meerkerk, Van den Eijnden & Garretsen, 2006), uso problemático (Caplan, 2002; Shapira, Goldsmith, Keck, Khosla & McElroy, 2003), uso no mediado (LaRose, Lin & Eastin, 2003) o uso poco saludable o enfermizo (Scherer, 1997).
La AI es una problemática que no cumple las características para una adicción con dependencia a alguna sustancia, pero cumple con los elementos necesarios para lo que se ha catalogado como, adicción o dependencia sin sustancia (Stein, 1997) la cual puede definirse como “un estado de preocupación que se presenta producto de la relación con algo o alguien, misma que se mantiene como medio para conservar el propio control y equilibrio interno que, además, le proporciona sensación de bienestar al individuo” (Jiménez & Pantoja, 2007, p. 80). Kimberly Young (1999 a,b) investigadora que ha tenido gran impacto en el campo de las adicciones en los últimos 16 años, apoya la idea de que las adiciones a la tecnología cumplen con los elementos básicos de cualquier adicción, conceptualizándola como “un trastorno caracterizado por una pauta de uso anómala, unos tiempos de conexión anormalmente altos, aislamiento del entorno y desatención a las obligaciones laborales, académicas y de la vida social” (p. 80). Como el estado placentero que produce en las personas el alcohol, el juego y las drogas, igualmente internet ofrece una realidad virtual, donde los jóvenes pueden experimentar sentimientos agradables y de salida, argumentos que permiten ubicar al internet, como una vía de escape para quienes tienen necesidades psicológicas y sociales (Young, 1996, 1999a, p. 79).
Tipos de Adicciones
Por las exigencias de la vida laboral y social las personas se ven sometidas al uso continuo del internet y podría decirse que se puede mantener control del uso que hacen de esta tecnología; sin embargo, en lugar de ser utilizada como una herramienta de desarrollo o trabajo, se convierte en la parte medular de la vida de los jóvenes, lo que los lleva a desarrollar adicciones. En México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Venezuela se evidencia que el 60% de los adolescentes de entre 14 y 15 años prefieren Internet a cualquier otra actividad (Arribas & Islas, 2009).
Independientemente de las limitaciones metodológicas que presentaron las investigaciones e instrumentos de Young, se le considera como la pionera a este nuevo campo de estudio académico (Widyanto & Griffiths, 2006). Young (1999 a,b) afirmó que las Adiciones a Internet, son un abanico que cubre un conjunto de comportamientos asociados a problemas de control de impulsos, por lo que las clasificó en cinco subtipos: a) adicción cibersexual: uso compulsivo de los sitios web para adultos para cibersexo y ciberpornografía; b) adicción a las ciber-relaciones, esto es, compromiso exagerado en las relaciones en línea; c) compulsiones de la red, que refiere a la obsesión a los juegos de azar, centros de día o de comercio; d) buscadores de información (vagabundos electrónicos), para la navegación compulsiva por Internet o la búsquedas de bases de datos; y e) la adicción a la computadora: obsesivo juego de ordenador.
Egger y Rauterberg (1996) replicaron el estudio realizado por Young y obtuvieron conclusiones semejantes. Otro trabajo que buscó formular los criterios para poder diagnosticar AI, fue desarrollado por Pratarelli, Browne y Johnson (1999). Esta misma inquietud ha sido apoyada por otros teóricos quienes sostienen que la problemática del uso de internet está asociada con características del trastorno de control de impulsos del DSM-IV (Shapira et al., 2003; Treuer, Fabián & Fürendi, 2001). Otros indicadores para identificar la existencia de AI, son los estudios de caso y los informes de tratamiento que se utilizan en pacientes con AI bajo el enfoque terapéutico cognitivo-conductual (Desorden de adicción a internet, DIA).
Consecuencias negativas del Internet
Al igual que el internet puede ser benéfico para nuestra sociedad, también puede tener efectos negativos: las estadísticas indican que en promedio el 42% de los niños son víctimas de Ciberbullying (Chisholm, 2006; Vanlanduyt & De Cleyn, 2007). Se ha documentado el daño emocional debido a la exposición a pornografía, violencia e insinuaciones verbales (Beebe, Asche, Haarison & Quinlan, 2004; Chisholm, 2006; Fleming, Greentree, Cocotti-Muller, Elias & Morrison, 2006; Livingstone, 2003; Mitchell, 2000; Valentine & Holloway, 2001). Se aúna el impacto en la salud física de los niños (Barkin, Richardson & Klinepeter, 2006; Vanlanduyt & De Cleyn, 2007; Wang, Bianchi & Raley, 2005). Otro efecto negativo es por el inadecuado control del tiempo que las personas permanecen en internet, lo que puede desarrollar AI y el descuido o la negligencia de las labores escolares y menos intereses por las actividades familiares (Kerbs, 2005). Como último daño, está el riesgo al consumismo y explotación comercial (Livingstone, 2003). La inquietud por el uso del internet en los adolescentes, en los últimos años se ha convertido en un desafío académico y para las instituciones; sus efectos a nivel psicológico y comportamental se evidencian en la presentación de conductas de riesgo, deserción escolar y problemas familiares (Rial, Gómez, Varela & Braña, 2014).
Internet y su impacto en niños y adolescentes
Investigaciones recientes de Castellana, Sánchez-Carbonell, Graner y Beranuy (2007), Echeburúa y De Corral (2010), Ruiz-Olivares, Lucena, Pino y Herruzo (2010), Viñas, (2009), Widyanto y Griffiths (2006) han demostrado el daño potencial que puede tener el uso no adecuado de la red entre los jóvenes y el igual impacto psicológico y conductual que puede desarrollar, a lo que se agregan, pérdida de control, frecuentes sentimientos de culpabilidad y aislamiento.
Un estudio de Matalinares y Díaz (2014) indicó que 75% de niños encuestados argumentan que usar internet les gusta “mucho o bastante más que otras cosas”. En los adolescentes, 53.8% y 60.3% permanecen como mínimo una hora diaria en internet, apoyado por el rango de tiempo que mostraron hombres y mujeres que fue entre 1 a 5 horas diarias, lo que representa el 40.6% y 35.4% en estos grupos. Para los mismos Matalinares y Díaz (p. 213) el incremento de los adolescentes por el uso del internet, está correlacionado con la accesibilidad que tienen para conectarse a la red en múltiples lugares como cibercafé o en su hogar. Al respecto, las investigaciones han encontrado que los adolescentes son el grupo más vulnerables a los efectos potencialmente dañinos del internet debido a las características propias de esta edad y comportamientos impulsivos propios de la etapa de desarrollo que viven, les motiva la búsqueda de cosas nuevas, elementos que los hacen más vulnerables a desarrollar problemas adictivos.
Cruzado, Matos y Kendall (2006) también indicaron que los más jóvenes son más vulnerables a los potenciales efectos negativos del internet por la búsqueda de novedades y pasiones propias de su edad: los adolescentes son más susceptibles a desarrollar problemas adictivos, pues se encuentran expuestos a estímulos sociales que pueden promover el uso excesivo del Internet. Para Samaniego (2012) el uso moderado del internet varía dependiendo del contexto, aunque en todos los adolescentes estudiados, comunicarse fue una variable en común para usar el internet; como señaló el mismo Samaniego (p. 80) la comunicación es clave para las relaciones interpersonales por cualquier medio, aunque en las que se dan en la red, son influidas por el anonimato, la falta de comunicación no verbal o gestual, la atemporalidad y el distanciamiento físico, relacionadas con el desarrollo de la adicción a internet.
Es indudable que internet no sólo sirve como medio de comunicación, sino también como una fuente segura para obtener información sobre temas relevantes acerca del uso de drogas y sus consecuencias, así como para prevención y el tratamiento del problema. Estas conclusiones fueron igualmente respaldadas por Mira, Llinás y Pérez-Jover (2008) en un estudio realizado con una muestra de españoles, quienes visitan en promedio 20 páginas de internet cuando desean informarse sobre algún tema; de ahí que estos autores consideran el uso de los medios masivos de comunicación como una medida publicitaria para realizar marketing social y promover actitudes y comportamientos saludables. La información contenida en el presente trabajo, permite contar una primera aproximación a los planteamientos teóricos y conceptuales relativos a la adicción al internet, lo que contribuye a su conocimiento y a fundamentarlo como un problema urgente de investigación y de atención en nuestra sociedad.
Referencias
American Psychiatric Association. (1994). Diagnostic criteria from DSM-IV. Washington, DC: Author.
Arribas, A. & Islas, O. (2009). Niños y jóvenes mexicanos ante Internet. Razón y Palabra, 14(67).
Barkin, S., I., E., Richardson, I. & Klinepeter, S. (2006). Parental media mediation styles for children aged 2 to 11 years. Pediatrics Adolescents, 160, 395e401.
Beebe, T., Asche, S., Haarison, P., & Quinlan, K. (2004). Heightened vulnerability and increased risk-taking among adolescent chat room users: Results from a statewide school survey. Journal of Adolescent Health, 35, 116e123.
Brenner, V. (1997). Psychology of computer use: XLVII. Parameters of Internet use, abuse and addiction: the first 90 days of the Internet Usage Survey. Psychological Reports, 80(3), 879-882. doi: 10.2466/pr0.1997.80.3.879
Caplan, S. E. (2002). Problematic Internet use and psychosocial well-being: Development of a theory-based cognitive–behavioral measurement instrument.Computers in Human Behavior, 18(5), 553-575. doi: 10.1016/S0747-5632(02)00004-3
Carbonell, X., Fúster, H., Chamarro, A. & Oberst, U. (2012). Adicción a internet y móvil: una revisión de estudios empíricos españoles. Papeles del Psicólogo, 33(2), 82-89.
Carreón, C. S. (2012). Adicción a Internet, una adicción de comportamiento. México Quarterly Review, 2(9).
Castellana, M., Sánchez-Carbonell, X., Graner, C. & Beranuy, M. (2007). El adolescente ante las tecnologías de la información y la comunicación: Internet, móvil y videojuegos. Papeles del Psicólogo, 28, 196-204.
Chambers, R. A., Taylor, J. R. & Potenza, M. N. (2003). Developmental neurocircuitry of motivation in adolescence: A critical period of addiction vulnerability. The American Journal of Psychiatry, 160, 1041-1052. doi: 10.1176/appi.ajp.160.6.1041
Chen, K., Tarn, J. M. & Han, B. T. (2004). Internet dependency: Its impact on online behavioral patterns in E-commerce. Journal Human Systems Management, 23(1), 49-58.
Chisholm, J. F. (2006). Cyberspace violence against girls and adolescent females.Annals of the New York Academy of Sciences, 1087(1), 74-89. doi: 10.1196/annals.1385.022
Chou, C. & Hsiao, M. C. (2000). Internet addiction, usage, gratification, and pleasure experience: The Taiwan college students’ case. Computers & Education, 35(1), 65-80. doi: 10.1016/S0360-1315(00)00019-1
Cruzado, D. L., Matos, R. L. & Kendall, F. R. (2006). Adicción a internet: perfil clínico y epidemiológico de pacientes hospitalizados en un Instituto Nacional de Salud Mental.Revista Médica Herediana, 17(4), 196-205.
Echeburúa, E. & De Corral, P. (2010). Adicción a las nuevas tecnologías y a las redes sociales en jóvenes: un nuevo reto. Adicciones, 22(2), 91-96.
Egger, O. & Rauterberg, M. (1996). Internet behaviour and addiction. Semester thesis (Swiss Federal Institute of Technology, Zurich, 1996). Recuperado de http://www.ifap.bepr.ethz.ch/~egger/ibq/res.html
Fleming, J., Greentree, S., Cocotti-Muller, D., Elias, K. & Morrison, S. (2006). Safety in Cyberspace. Youth and Society, 38(2), 135e154.
García-Piña, C. A. (2008). Riesgos del uso de internet por niños y adolescentes. Estrategias de seguridad. Acta Pediátrica de México, 29(5), 273-279.
Glowniak, J. (1998). History, structure, and function of the Internet. Seminars in Nuclear Medicine, 28(2), 135-144. doi: 10.1016/S0001-2998(98)80003-2
Goldberg, I. (1995a). Internet addiction disorder. Diagnostic criteria. Internet Addiction Support Group (IASG). Recuperado el 10 de abril de 2006 de: http://www.iucf.indiana.edu/~brown/hyplan/addict.html
Goldberg, I. (1995b). Internet addictive disorder (IAD) diagnostic criteria. Recuperado de http://www.psycom.net/iadcriteria.html.
Greenfield, D. N. (1999). Psychological characteristics of compulsive internet use: A preliminary analysis. Cyber Psychology & Behavior, 2(5), 403-412. doi: 10.1089/ cpb. 1999.2.403
Griffiths, M. (1996). Internet “addiction”: An issue for clinical psychology? Clinical Psychology Forum, 32-36.
Griffiths, M. (1998). Internet addiction: Does it really exist. Psychology and the Internet: Intrapersonal, interpersonal and transpersonal implications, 61-75.
Griffiths, M. (2003). Internet abuse in the workplace: Issues and concerns for employers and employment counselors. Journal of Employment Counseling, 40(2), 87-96. doi: 10.1002/j.2161-1920.2003.tb00859.x
Hansen, S. (2002). Excessive Internet usage or “Internet addiction”? The implications of diagnostic categories for student users. Journal of Computer Assisted Learning, 18, 232–236. doi: 10.1046/j.1365-2729.2002.t01-2-00230.x
Henderson, G. O. (2011). Los jóvenes y su relación con la red internet: de la adicción al consumo cultural. Razón y Palabra, (78).
Hilt, J. A. (2013). Adicción a internet, enfoques de aprendizaje, hábitos y actitudes hacia la lectura, y su relación con la aptitud verbal y la aptitud matemática. (Disertación doctoral). Recuperada de http://dspace.biblioteca.um.edu.mx/jspui/handle/123456789/147
Jiménez, A. L. & Pantoja, V. (2007). Autoestima y relaciones interpersonales en sujetos adictos a Internet. Revista de Psicología, 26(1), 78-89.
Kandell, J. J. (1998). Internet addiction on campus: The vulnerability of college students. Cyber Psychology & Behavior, 1(1), 11-17. doi: 10.1089/cpb.1998.1.11
Kerbs, R. W. (2005). Social and ethical considerations in virtual worlds. The Electronic Library, 23(5), 539-546. doi:10. 1108/02640470510631254
Ko, C. H., Yen, J. Y., Chen, C. S., Chen, C. C. & Yen, C. F. (2008). Psychiatric comorbidity of internet addiction in college students: An interview study. CNS Spectrums, 13(2), 147-153.
Kraut, R., Patterson, M., Lundmark, V., Kiesler, S., Mukophadhyay, T. & Scherli. W. (1998). Internet paradox: A social technology that reduces social involvement and psychological well-being? American Psychologist, 53(9), 1017. doi: 10.1037/0003-066X.53.9.1017
LaRose, R., Lin, C. A. & Eastin, M. S. (2003). Unregulated Internet usage: Addiction, habit, or deficient self-regulation? Media Psychology, 5(3), 225-253. doi: 10.1207/ S1532785XMEP0503_01
Livingstone, S. (2003). Children’s use of the Internet: Reflections on the emerging research agenda. New Media & Society, 5(2), 147-166. doi: 10.1177/1461444803005002001
Matalinares, M. & Díaz, G. (2014). Influencia de los estilos parentales en la adicción al internet en alumnos de secundaria del Perú. Revista de Investigación en Psicología, 16(2), 195-220.
Meerkerk, G. J., Van den Eijnden, R. J. & Garretsen, H. F. (2006). Predicting compulsive Internet use: It’s all about sex! Cyber Psychology & Behavior, 9(1), 95-103. doi: 10.1089/cpb.2006.9.95
Mira, J. J., Llinás, G. & Pérez-Jover, V. (2008). Habits of Internet users and usefulness of websites in Spanish for health education. The Official Journal of the International Hospital Federation, 44(1), 30.
Mitchell, P. (2000). Internet addiction: Genuine diagnosis or not? The Lancet, 355(9204), 632. doi: 10.1016/S0140-6736(05)72500-9
Morahan-Martin, J. & Schumacher, P. (2000). Incidence and correlates of pathological Internet use among college students. Computers in Human Behavior, 16(1), 13-29. doi: 10.1016/S0747-5632(99)00049-7
Navarro, B. J. C. (2001). Adicción a Internet: verdad o ficción. Trabajo presentado en segundo Congreso Virtual de Psiquiatría, interpsiquis. Recuperado de http://www.psiquiatria.com/bibliopsiquis/handle/10401/1628
Navarro-Mancilla, Á. A. & Rueda-Jaimes, G. E. (2007). Adicción a internet: revisión crítica de la literatura. Revista Colombiana de Psiquiatría, 36(4), 691-700.
Poncela, A. M. F. (2013). Internet, educación y comunicación (El caso de la UAM/X).Razón y Palabra, 18(83).
Pratarelli, M., Browne, B. & Johnson, K. (1999). The bits and bytes of computer/internet addiction: A factor analytic approach. Behavior Research Methods, Instruments and Computers, 31, 305–314.
Rial, A., Gómez, P., Varela, J. & Braña, T. (2014). Actitudes, percepciones y uso de internet y las redes sociales entre los adolescentes de la comunidad gallega. Anales de Psicología, 30(2), 642-655. doi: org/10.6018/analesps.30.2.159111
Ruiz-Olivares, R., Lucena, V., Pino, M. J. & Herruzo, J. (2010). Análisis de comportamientos relacionados con el uso/abuso de Internet, teléfono móvil, compras y juego en estudiantes universitarios. Adicciones, 22, 301-310.
Samaniego, C. M. (2012). La mediación parental y el uso de internet. InternationalJournal of Developmental and Educational Psychology, 1(1), 549-556.
Sánchez-Carbonell, X., Beranuy, M., Castellana, M., Chamarro, A. & Oberst, U. (2008). La adicción a Internet y al móvil: ¿moda o trastorno? Adicciones, 20(2), 149-159.
Scherer, K. (1997). College life online: Healthy and unhealthy Internet use. Journal of College Life and Development, 38, 655-666.
Shapira, N., Goldsmith, T., Keck, P. Jr., Khosla, D. & McElroy, S. (2003). Psychiatric features of individuals with problematic Internet use. Journal of Affective Disorders, 57, 267–272.
Stein, D. J. (1997). Internet addiction, Internet psychotherapy. American Journal of Psychiatry, 154(6), 890.
Stieger, S. & Burger, C. (2010). Implicit and explicit self-esteem in the context of internet addiction. Cyber Psychology, Behavior, and Social Networking, 13(6), 681-688.
Treuer, T., Fabian, Z. & Furedi, J. (2001). Internet addiction associated with features of impulse control disorder: Is it a real psychiatric disorder? Journal of Affective Disorders, 66, 283.
Trujano, R. P., Dorantes, S. J. & Tovilla, Q. V. (2009). Violencia en Internet: nuevas víctimas, nuevos retos. Liberabit, 15(1), 7-19.
Valentine, G., & Holloway, S. (2001). On-line Dangers?: Geographies of parents’ fears for children’s safety in cyberspace. Professional Geographer, 53(1), 71e83.
Vanlanduyt, L. & De Cleyn, I. (2007). Invloed van internet bij jongeren: Een uitdaging op school en thuis. Retrieved on February 19, 2009 from; http://www.uvv.be/uvv5/pub/ cinfo/jo/pdf/03.pdf
Villafuerte, A. & Mainé, L. (2013). Personality and risk of addiction to Internet in university students.
Viñas, F. (2009). Uso autoinformado de internet en adolescentes: perfil psicológico de un uso elevado de la red. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 9, 109-122.
Wang, R., Bianchi, S. & Raley, S. (2005). Teenagers’ Internet use and family rules: A research note. Journal of Marriage and Family, 67, 1249e1258.
Widyanto, L. & Griffiths, M. (2006). Internet addiction: A critical review. International Journal of Mental Health and Addiction, 4(1), 31-51. doi: 10.1007/s11469-006-9009-9
World Health Organization. (1992). CIE 10: Trastornos mentales y del comportamiento: descripciones clinicas y pautas para el diagnóstico. París: Author.
Yen, J. Y., Ko, C. H., Yen, C. F., Chen, S. H., Chung, W. L. & Chen, C. C. (2008). Psychiatric symptoms in adolescents with Internet addiction: Comparison with substance use. Psychiatry and Clinical Neurosciences, 62(1), 9-16.
Young, K. S. (1996). Internet addiction: The emergence of a new clinical disorder.Cyber Psychology and Behavior, 3, 237–244.
Young, K. S. (1998). Internet addiction: The emergence of a new clinical disorder.Cyber Psychology & Behavior, 1, 237-244.
Young, K. S. (1999a). Internet addiction: Symptoms, evaluation and treatment.Innovations in Clinical Practice: A source book, 17, 19-31.
Young, K. S. (1999b). The research and controversy surrounding Internet addiction.Cyber Psychology and Behavior, 2, 381–383.
Young, K. S. & Rodgers, R. C. (1998). The relationship between depression and Internet addiction. Cyber Psychology & Behavior, 1(1), 25-28.